“Vengo con la mano extendida”
María Belén Arroyo jueves, 1 diciembre 2016 - 04:47
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La hoja de ruta de Alianza PAÍS define 12 revoluciones para el período 2017-2021. Lenín Moreno se proyecta como el candidato que asegure la continuidad del correísmo. Esta es una fórmula aglutinada, en gran parte, en el laboratorio de las encuestas. Lenín Moreno (nacido en Nuevo Rocafuerte en 1953) tiene cifras que pudieran garantizar la continuidad del proyecto político que lleva 10 años en el poder. Esto, a cuatro meses del proceso electoral.
Sus números, superiores al 30 por ciento de preferencia entre quienes ya decidieron su voto –que son menos de la mitad de los encuestados– son su capital de arranque. “Una imagen tan positiva termina arrastrando otros atributos con ella, esto no significa que se va a mantener así en campaña; con estas cifras empieza el proceso... (se advierte que) hay un factor de idealización muy fuerte”, explicaba en septiembre a Vistazo Paulina Recalde, de Perfiles de Opinión.
La encuesta de Opinión Pública Ecuador (julio) le asigna el 38 por ciento de preferencia; la medición de septiembre sube en seis puntos la cifra.
En la arena política Lenín Moreno recién debutó como candidato del oficialismo el último martes de septiembre, cuando aterrizó en Quito procedente de Ginebra, donde ha vivido los últimos dos años. Justamente, cuando se agravó la situación económica na cional. Hasta entonces era el “candidato-Skype”: se dirigía por teleconferencia ante los simpatizantes de Alianza PAÍS. Su llegada buscó transmitir un mensaje de sencillez. Pese al trajín del vuelo arribó como un ciudadano común. En la tarima, al sur de Quito esa tarde, se proyectó como una figura de conciliación: “Vengo con la mano extendida para todos aquellos que quieran dialogar”.
Su discurso de aceptación a la candidatura presidencial, a inicios de octubre en el estadio del Aucas, tuvo matices emocionales. “Hay gente que quiere echar todo al tacho de la basura, como Atila el Huno”.
El debutante candidato se acomodó en el papel del conferencista y motivador, al que se dedicó antes de la política. Privilegió la narrativa del mito (sus alusiones a García Márquez alabando los logros de la Revolución Ciudadana,
como muestras de realismo mágico), antes que la definición del camino para salir del momento actual, que el Régimen no reconoce como crisis. En el clímax de su discurso recordó que el abuelo de su esposa fue alférez de Eloy Alfaro, yo puedo decir que cabalgué junto a Correa. Defendió la inversion y la obra publica.
¿Jorge Glas? El vicepresidente candidato a la reelección es la apuesta por los sectores estratégicos (petróleo, minería, telecomunicaciones, energía); la figura pragmática del Régimen y el cerebro detrás de las operaciones de agresivo endeudamiento, espe cialmente con China.
“Sus estilos son complementarios”, explicó en septiembre la secretaria de la Política, Paola Pabón, a Vistazo. “Ambos tienen algo en común, han sido número dos (vicepresidentes) y supieron apoyar al proyecto político”. “Ambos rompieron el mito de que el vicepresidente está para serruchar, Lenín Moreno enarboló la revolución que visibilizó las discapacidades; Jorge Glas se encargó de la transformación en los sectores estratégicos”, aseguró la secretaria ejecutiva del movimiento AP, Doris Soliz.
¿Su sombra? El excandidato vicepresidencial Juan Carlos Solines explicó a Vistazo que es un tema de preocupación “El estado de salud del candidato presidencial por Alianza PAÍS”. “En 2012 dijo que no se postulaba para vicepresidente porque su salud no le permitía. Nunca hemos puesto en debate el tema de su discapacidad. A causa de su accidente, el problema medular genera complicaciones orgánicas. Sospechamos que aprovechando su popularidad se candidatice, para que en el supuesto de que gane elecciones, luego se retire. La forma de despejar la duda es transparentar su situación”.