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¿Quién le teme a Marcelo Chiriboga?

jueves, 16 junio 2016 - 03:07
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“Un secreto en la caja” es una inusual película nacional, por su forma, calidad y modo de exhibición. Bienvenido sea el falso documental al cine ecuatoriano.

En inglés lo llaman mockumentary. Se trata de un subgénero cinematográfico y televisivo que se vale de ciertos elementos de la realidad para construir una ficción con forma de documental. Lo hizo Woody Allen con “Zelig” (1983), donde interpreta a un neoyorquino con una extraña condición médica que lo hace transformarse según el entorno: si está con negros su piel se oscurece, si charla con gordos sube de peso, si se junta con rabinos empieza a hablar hebreo.

En 1995 Peter Jackson, el director de la saga del “Señor de los anillos”, hizo una película para la televisión de Nueva Zelanda acerca de un compatriota que se habría adelantado al invento de los hermanos Lumiere. La falsificación de “Forgotten Silver” fue tan buena y tanto barullo provocó el supuesto olvido del pionero neozelandés del cine, que Jackson debió aclarar al aire que se trataba de una invención. Para una muestra de las formas que puede tomar el falso documental allí están “Borat” (2006) la desopilante obra del humorista británico Sacha Baron Cohen, o “Un tigre de papel” (2008) del colombiano Luis Ospina, que por cierto está disponible en Internet y que cuenta la historia del inventor del collage.


 Escritor imaginario. Marcelo Chiriboga, supuesto representante
de nuestro país en el llamado boom latinoamericano,
es el protagonista de esta película.

“Un secreto en la caja” es el segundo largometraje del cineasta quiteño Javier Izquierdo. Cuenta la vida y obra del único escritor ecuatoriano que fue parte del boom latinoamericano: Marcelo Chiriboga. Se trata de un personaje creado por el chileno José Donoso y el mexicano Carlos Fuentes y que tuvo apariciones en sus novelas. Se supone que la existencia literaria de Chiriboga venía a señalar la ausencia de autores de fama mundial en nuestro país, y no pocos tomaron con mal humor la broma.

En 2010 Diego Cornejo publicó su celebrada novela “Las segundas criaturas”, donde rescata al escritor imaginario y le otorga una extensa biografía.


“Chiriboga es una metáfora del lugar que tiene la literatura
y el arte en el Ecuador. A través de un personaje ficticio la
película permite cuestionar problemas reales”.

“Un secreto en la caja”, estuvo disponible gratuitamente en Internet en marzo, la vieron 8.000 personas. Conversamos con su director.

No son pocos los que después de ver la película creyeron en la existencia de Marcelo Chiriboga…
Yo lo veo como un juego en el que incluso la gente que sabe que es un falso documental, o que reconoce a los actores también puede participar. Es lo que hacemos con todas las películas en realidad. Se llama el pacto de ficción: durante hora y media te dices ‘voy a ver esto como si fuera verdad’.

Varias reseñas de prensa (incluso especializada) se han sumado al juego, al referirse a Chiriboga y su obra como si fueran verdaderos, ¿a qué lo atribuyes?
Creo que es un personaje que para la sociedad y para la gente del arte es un símbolo de algo real. Asumir al Chiriboga de mi película (porque hay otros) como cierto es una complicidad que surge de quienes piensan que a pesar de ser ficticio, dice cosas válidas sobre la historia, la sociedad y la cultura de Ecuador.

¿Cómo fue la selección de los actores?
El casting fue clave. Cada uno aportó a los personajes y a las historias. El único que no es actor profesional es el gringo. Yolanda Acosta (que interpreta a la hermana de Chiriboga), es una de las favoritas. Los personajes del alemán y la española fueron prácticamente escritos para dos extranjeros que viven en Ecuador: Christoph Baumann y Amaia Merino. El que hace de mexicano es un quiteño, Ángel Gavilanes. Alfredo Espinoza (como Marcelo Chiriboga) fue una revelación. Ni nos reunimos para ensayar. Él es muy ocupado, trabaja mucho en teatro, pero cuando llegó al rodaje era el único que se había memorizado las 10 páginas del guion de su supuesta entrevista con Joaquín Soler. Lo que hicimos fue improvisar alrededor de una idea, por eso las actuaciones son tan naturales, porque estamos conversando.

¿De dónde surgió la idea?
Mi primer trabajo “Augusto San Miguel ha muerto ayer” (2003) tenía a un personaje real pero que parecía inventado, y me di cuenta de todas las manipulaciones que se le puede hacer a un documental. Siempre me han interesado las biografías de artistas. Marcelo Chiriboga era una excusa perfecta para hacer un falso documental, que además es un género que me interesaba explorar, y es muy poco desarrollado en Latinoamérica, era un reto. Era un “personaje en busca de un autor” (como la novela de Luigi Pirandello), y en este caso, en busca de un documental.

¿A través de un personaje ficticio, de qué habla “Un secreto en la caja”?
Es una metáfora del lugar que tiene la literatura y el arte en general en el Ecuador, que es de muy poca importancia. Por otro lado, la obra de Chiriboga aparece vinculada al tema limítrofe. Recordemos que durante 50 años tuvimos un mapa que no se correspondía con la realidad y es algo que nunca se había tratado de una forma crítica. Pienso que la película permite, a través de un personaje ficticio, cuestionar problemas reales del país.

¿Por qué estrenar primero en Internet?
Como la ‘peli’ era rara, también quisimos hacer algo diferente con la proyección. Buscamos que el estreno online generara comentarios y expectativas. Tampoco es una idea tan original, la última también se estrenó en Internet por unos días y luego en salas. Además los cines comerciales no estaban contemplados en nuestros planes. Ellos pasan todo lo que les den, y pienso que puede ser una estrategia, porque muchas veces son películas ecuatorianas muy flojas, que luego perjudican a la percepción sobre todo el cine que se hace en el país. Por otra parte, las películas ecuatorianas quedan fuera de contexto en el circuito comercial, porque ni siquiera hay cine latinoamericano, solo el de Hollywood. Por eso preferimos trabajar con las salas independientes, en un circuito alternativo.

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